

En el ejercicio habitual de distintas opiniones sobre lo que merece ser noticia de portada, solo coinciden en el día de hoy nuestros diarios habituales, en la resolución sobre el estatuto valenciano. Sobre la sentencia, planea la sombra de la posible inconstitucionalidad del catalán, cuya realización, según las estadísticas, parecía importarle bastante poco a los votantes.
La verdad es que se ha perdido el tiempo, a lo largo de esta legislatura, en debates interminables sobre problemas que no preocupaban verdaderamente a la ciudadanía, como por ejemplo, el estatuto de referencia. La crispación surgida a raíz del calificativo de matrimonio para las uniones homosexuales generó otra polémica estéril; desde mi punto de vista, es mucho más relevante el reconocimiento de sus derechos civiles que el calificativo que se de a la relación. El paro, la subida de la cesta de la compra o la reactivación del terrorismo, son cuestiones más próximas y prácticas a las que deberían nuestros servidores públicos prestar más atención que a la captación de votos o al sostenimiento de determinadas posiciones dentro del organigrama de su formación concreta.
EL MUNDO vuelve con el 11-M; ahora se encuentran nuevas pistas... Uno echa de menos una información veraz, no sesgada sobre este particular, lejos del silencio (en portada) de EL PAIS y de los aspavientos de EL MUNDO.
Poco más que decir. El petróleo por las nubes, la construcción estancada, el paro en ascenso y la bolsa en límites máximos... Más dura será la caída.