Acertada viñeta de Ricardo -obviamente no de nuestro amigo y habitual colaborador- en EL MUNDO. ¿Por qué no va a aspirar una mujer a ser presidente de la conferencia episcopal?. La respuesta obvia, es que ni siquiera puede pretender ser sacerdote(isa). Esta diferencia de derechos y posibilidades para acceder a determinados puestos dentro de la iglesia católica, es otra prueba del anacronismo institucional que padece; no vale aducir cuestiones de fe, pues sería tanto como decir que Dios nos creó diferentes y con distintos derechos, lo que iría en contra de la propia esencia de la religión. Así las cosas, solo cabe esperar un verdadero cambio en esta institución para adaptarse al siglo XXI; de otro modo, acabará siendo una anécdota en la historia, dentro de no muchos años.
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