domingo, 27 de abril de 2008

La igualdad, con y sin ministerio

Ayer publicaba el denostado Sr. Pedrojota, un artículo en el que criticaba la igualdad con datos bien objetivos, como los que señala a continuación, y comparándola con un interesante ejemplo, el de Procusto, personaje mitológico griego que torturaba a sus víctimas troceándolas o descoyuntándolas hasta que alcanzaban igual longitud que la cama que les había proporcionado:

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Al margen de que la igualdad no va necesariamente unida a la justicia, queda claro que se creó un ministerio con el único fin de buscar una situación forzada a la proporción de hombres y mujeres o a sus relaciones, sin ocuparse de que los andaluces -como señala el mismo Pedrojota- sean iguales que los catalanes o de que los policías nacionales asturianos cobren lo mismo que los gallegos, como se comentaba en este mismo foro.

Después de reposar la primera impresión que me causó la creación de este ministerio con el paso del tiempo, sigo concluyendo su única finalidad cosmética, para hacer campaña sin hacerla, para captar votos de un sector que pueda considerarse desatendido aunque no lo esté. Ciertamente la mujer tiene motivos sobrados para sospechar de unos políticos que -incluso durante la transición- le impedían disponer libremente de una cuenta bancaria personal, pero la evolución social y política de estos años, le ofrece garantías suficientes, avaladas por las sentencias de justicia, de que las cosas han cambiado hasta el punto de alcanzar la normalidad y la igualdad. La creación de un ministerio "ad hoc" solo puede abrir una brecha en el sinsentido de una ley que castiga de forma diferente a dos ciudadanos en función de su sexo y que se olvida de todo tipo de igualdad que no sea la políticamente correcta.

Por cierto, Pierre Vegniaud fue guillotinado y a Procustes lo mató Teseo a hachazos, después de que intentase engañarle. Ojalá no suceda lo mismo con esta cartera.

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