viernes, 11 de abril de 2008

Los demócratas y los amarillistas

El titular de EL MUNDO sigue ocupándose de la guerra intestina creada por los medios en el seno del partido popular. El trato que se otorga a Rajoy desde un medio que lo apoyó incondicionalmente hasta hace poco, no es otro que el de acoso y derribo, cuando lo habitual, en un partido demócrata, es la posibilidad de ser electo y el derecho a poder elegir. Bono, antiguo rival de Zapatero en la elección de secretario general del PSOE, es el actual presidente del Congreso, sin que la normalidad democrática haya contaminado el funcionamiento de esta formación política.

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Las declaraciones de José Blanco deben de valorarse en lo que realmente representan, y es que en casi todos los sitios debe haber algún bufón.

EL PAIS, habitual crítico con su competencia, es mucho más amarillista en su titular:

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Fíjense que, después de que los barones "torpedean", la crisis hace que Gallardón "dispare"; no es una guerra al uso, es una cruenta batalla en la que "competir" es sustituido por "contra" con un sentido más franco de enfrentamiento. Lección de ética periodística -como suele ser habitual- para la hoja parroquial del gobierno que, además de informar, nos ilustra y adorna la información con símiles y calificativos siempre a los intereses de la línea editorial, sobradamente conocida.

Finalmente señalar que es malo para el PP cuestionar su capacidad de democracia interna. Los españoles formamos un pueblo democráticamente maduro que no podemos asistir impasibles al espectáculo de una formación política que discute su liderazgo en las intrigas y no en las urnas. Éstas les castigarán de nuevo en caso de persistir en su actitud.

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