Editorial |
...Y RAJOY CONTRA LA MAQUINARIA DENIGRATORIA DEL PSOE |
Cuando dijo en el Foro de EL MUNDO que temía mas a las televisiones que al PSOE, Rajoy se expresó mal: debía haber dicho que su problema iba a ser el impacto mediático de las manipulaciones socialistas que intentarían presentarle como a un peligroso radical. Cada propuesta que ha hecho Rajoy en esta precampaña ha sido contestada con un chaparrón de descalificaciones, burlas e improperios, con la intención clara de distorsionar su imagen. El objetivo es claro: pretenden que alguien que pertenece al centro liberal por tradición y convicción pase por un furioso extremista. Así, cuando Rajoy ha anunciado su propuesta de contrato para los inmigrantes le han acusado de «xenófobo»; cuando ha expresado su opinión personal de que no le «gusta» que las parejas homosexuales adopten hijos, para añadir de inmediato que, pese a ello, no cambiará la legislación, le han acusado de «homófobo»; cuando ha defendido el derecho de la jerarquía católica a opinar, recalcando -como volvió a hacer ayer- que el programa del PP «no es el de los obispos», le han tachado de «teócrata estúpido»; y cuando ha presentado un ambicioso plan de reforestación, se lo han tomado a pitorreo. Por cierto, todos esos calificativos -«xenófobo», «homófobo», «machista», «rencoroso», «fundamentalista» y hasta «acosador de mujeres»- se los atribuyó Zapatero al PP de una tacada en su discurso de ayer. Contra ese asfixiante pressing en todo el campo -por expresarlo con un símil deportivo- con el que la izquierda trata de amordazarle, se rebeló ayer Rajoy al asegurar que, a estas alturas, «ya no cuela» entre la gente lo que definió como «la campaña del miedo». La prueba más evidente de que no anda tan desnortado como quieren hacer creer su adversarios es que hasta las encuestas de los medios más afines al Gobierno admiten, por ejemplo, que su contrato para inmigrantes cuenta con el respaldo del 56% de los españoles. ¿Dirá ahora el PSOE que más de la mitad de los ciudadanos son racistas, incluidos buena parte de sus votantes? Rajoy ha demostrado hasta ahora con sus propuestas electorales que lleva la iniciativa; pero hay algo más importante: está sabiendo conectar con la calle. Sirva de ejemplo su discurso de ayer en Badajoz. Recogió el guante que el sábado le lanzaron los artistas pro Zapatero y dijo que él está con otros artistas: «los que tienen que hacer mucho arte para poder llegar a fin de mes» o aquellos otros «que se levantan a las siete de la mañana para dar de comer a sus hijos». ¿Cuántos españoles se reconocen en los unos y cuántos en los otros? |
lunes, 11 de febrero de 2008
Denigración: Esa es la palabra
Efectivamente, el PSOE se ha especializado en el insulto -directo o a través de sus "artistas"- y en la descalificación denigratoria como la que acertadamente, recoge EL MUNDO en su editorial de hoy:
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4 comentarios:
Como usted dice Seguimos en campaña.
El caso es que yo no soy ni artista de Zapatero, ni "artista" de Rajoy...
Sr. Roura:
Vd. piensa de forma parecida a mi querido amigo D. Ricardo; lo mejor es ser liberal de izquierdas, tiene razón en el fondo, y en la forma.
Por cierto, no viene a cuento pero a provechare para hacer un poco de Tomamte... veo que hay una bella señorita -o igual no- que le esta tirando los trastos en sinlavenia.
.
;)
Sr. Roura:
Présteme las pegatinas para la chupa de cuero antes de que se entere, que voy a por todas... Y nunca mejor dicho.
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